El espacio público urbano ahora tiene un espacio en paralelo en las redes sociales. Las ideas que nacen en una conversación en la plaza, en un debate en el foro municipal, pueden verse ampliamente debatidas en las redes sociales y, por contraparte, ideas que surgen en el mundo virtual, pueden trabajarse desde el imaginario colectivo de las redes sociales, para luego materializarse en eventos públicos presenciales.
Las redes sociales tienen un gran potencial como espacio de reflexión, debate, comunicación y participación, vienen a ser el complemento ideal, pero en la actualidad se están sobresaturando, debe existir algo que regule la creación de estas, sus contenidos, entre otros, puesto que no se valora la serie de oportunidades que el crear, accesar y participar te brindan. Si bien es cierto que podemos encontrar en la redes sociales un sinfín de información que vale la pena, también existen los que son meramente basura social, es por esto que los creadores de estas plataformas, deben de empezar a poner límites y regular tanto la creación como el acceso a ellas, antes de que se genere un caos, es por esto que la formación debe empezar desde la raíz, un ejemplo claro las universidades, en donde podemos encontrar grandes genios y maestros acerca del tema, hasta neófitos, pasando por los possers que solo están dentro por estarlo, generando esta basura social. Se debe concientizar a los jóvenes quienes son los usuarios por excelencia de estos medios, de que las redes sociales, no es un juego, que también son un arma de doble filo, puede ser tu mejor experiencia o tu peor hallazgo.
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